sábado, 12 de septiembre de 2009

Fumar poemas es un placer.


DecÁlogo del Buen Fumador



- Fume bien, no mucho

Si fumar es un placer, ¿Por qué hacer de ello un vicio?

- Disfrute del tabaco con salud, durante toda una larga vida.

Los "cigarrillos tontos" son, en verdad, una tontería. Fume conscientemente.

- No apure el cigarrillo hasta el final

El mejor filtro es el propio tabaco.

- El tabaco es un sÍmbolo de amistad.

No lo haga odioso a sus amigos no fumadores.

- Del tabaco no aspire sÓlo el humo.

Inhale también voluntad, voluntad de abandonarlo si le hace daño.

- Si mÁs allÁ de la satisfacciÓn estÁ el exceso, no vaya tan lejos.

Todo en demasía es malo. Disfrute más del tabaco, poniéndole los límites adecuados.

¿prohibido fumar?

Bueno, pues demuestre su buen talante de fumador y dé ejemplo de tolerancia: donde vea este reclamo, apague delicadamente su cigarrillo, pipa o cigarro.

Fumar es cosa de adultos informados y responsables. No de niÑos.

Recrimine severamente a todo menor que vea fumando.

No arroje las colillas; deposÍtelas apagadas.

Si las trata mal, pueden ser peligrosas.

PiÉnselo, el tabaco tambiÉn ayuda a pensar.

Y a otras muchas cosas.





DecÁlogo del Mal Fumador



- Fume un cigarrillo tras otro.

Así no obtiene sabor de ninguno.

- Fume en ayunas.

Para demostrar a su estómago que no lo aprecia en absoluto.

- Fume mientras estÁ comiendo.

Así la ensalada tendrá gusto a tabaco y el tabaco un deje profundo a vinagre.

- Encienda un cigarrillo, aspire tres veces y apÁguelo.

Espere unos minutos y enciéndalo otra vez. Logrará un cigarrillo con sabor a cualquier cosa , menos a buen cigarrillo.

- Nunca deje de fumar un cigarrillo cuando estÉ por la mitad.

Siga, así comenzará a quemar lo que filtró el mismo tabaco.

- No se preocupe por los demÁs.

Si les molesta el humo, ¿quién les mandó ponerse a su lado?

- Deje que el cigarrillo se consuma muy hasta el final.

Así el humo saldrá bien caliente, achicharrándole bien el paladar, la lengua o los labios y, por supuesto, los dedos. Puede ayudarse haciendo muchas aspiraciones seguidas, preferentemente muy profundas y sin que se escape nada (pero nada de nada) de humo al aspirar.

- Cuando fume en el bosque o en la playa, tire la colilla al suelo de cualquier manera.

Tal vez, además de fumador empedernido y guarro, logre convertirse en incendiario.

- Fume mucho haciendo ejercicios fÍsicos.

Si quiere convertirse en un perfecto pésimo fumador, corra mil metros o dé largos paseos, de varios kilómetros, sobre una bicicleta fumando un cigarrillo.

- Y termine el dÍa siendo consecuente.

Con un cigarrillo en los labios, dormido. Tal vez logre quemar la cama. O a su pareja. O a usted mismo.


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